16 de diciembre de 2007

el gordo mayor

[adaptación de una conversación con Klondike]

Uno siempre tiene historias del tipo "nunca pensé que yo fuera a hacer tal cosa", y bueno, esta es una de esas: hoy fui a ver, en vivo y a todo color, el sorteo de lotería navideña (!!!), así es, el sorteo del "Gordo Navideño"... Qué polada por Dios, pues sí, pero en honor a la verdad fue toda una experiencia.

Tengo que empezar por aclarar que no soy jugador habitual de lotería, con costos compro para el sorteo de navidad y uno o dos sorteos en el resto del año, sin embargo la rama materna de mi arbol genealógico está llena de jugadores empedernidos que toda la vida han soñado con pegarle al Gordo sin que hasta ahora los resultados hayan ido más allá de una "terminación" o algún premiecito menor que con costos alcanza para una camisa y un par de zapatos nuevos. Sólo para ilustrar la folclórica realidad familiar tenemos por ejemplo a mi abuelo, que a sus ochenta y resto de años juega fielmente sus números preferidos, este año "pegó" el número mayor, pero (oh signo de la estirpe!) con otra serie. Este suceso, no obstante, le genera una alegría infantil difícil de creer en un viejo, hasta el punto de que los 28 rojos ganados son indiscutiblemente más poderosos que los más de 150 mil (cálculo conservador) que pudo haber gastado durante los últimos doce meses de "preparación" para el Sorteo Rey. Otro caso singular era mi tío Roberto (que en paz descanse), decir que nunca pegó un premio importante no es ninguna novedad, lo realmente destacable era su actitud ante cada nuevo fracaso: para él la Fortuna estuvo siempre a su lado, pero fue él quien nunca supo entender los guiños que la señora le hacía en distintos momentos. Era común escucharlo decir "el 92, fijate, precisamente los dos últimos números de la placa del carro que iba a delante mío en la pista", o "el 53, no puede ser, los años de muerto de tío Benjamín, cómo no me acordé", pero ahí no se quedaba y a veces la Fortuna casi que le gritaba a la cara cuál iba a ser el premio mayor y él -otra vez- tampoco entendía de qué se trataba, en esos casos lo escuchábamos decir "ay juepucha, así en la mano lo tuve el 22, el chancero me dijo que me lo llevara pero yo no le hice caso, qué carajada, así, así lo tuve frente a los ojos, asíííííí..!". Y ni que decir del tío Tavo, a diferencia del optimismo a prueba de balas de Roberto, él es de esos que echan mano del pesimismo para explicar por qué nunca ganaron el Mayor, en su caso lo oimos rumiar cosas como "mirá, ya no vuelvo a jugar esa cochinada, con todo lo que uno gasta ya me hubiera comprado un carro del año", o "estoy seguro que el juepucha 26 lo sacaron de la tómbola, algo hizo la Junta", y claro la excusa de muchos "poneme atención, dos años y medio jugando todos los domingos el 08, el número de mami, me agüevé y el primer domingo que no lo juego se viene el ingrato"... Y así por toda la gama de personajes, unos con esperanza, otros sumidos en la desesperación, pero todos fieles jugadores, de esos que mantienen a flote las finanzas de la Junta (y de la señora que vende "tiempos" ilegales, y de la otra señora que hace rifas, y de cualquier hijo-de-vecino que prometa el dinero fácil).

Pa' volver al tema, la vara es que este año la JPS decidió trasladar el sorteo hasta la ciudad de Cartago, no sé cuál sería la razón pero la cosa es que frente a Las Ruinas estaba montado todo el Circo del Azar: juegos, concursos, desfiles, juego de pólvora, animadores, miembros de la Junta, y por supuesto las dos tómbolas redondas donde se guardan las series y los números (menos el 26 que Tavo asegura no está) que decidirán la feliz navidad de más de un compatriota. Yo iba con una actitud de tedio porque no me hacía ninguna gracia estar una hora o más escuchando a un imbécil decir "doscientos noventa y uno, ochenta y siete, quinientos mil colones". Además, me enteré en ese momento que el total de premios llegaba a 138, lo que implicaba que en el peor caso tendría que esperar 137 premios hasta que saliera el famoso Gordo.

Lo que pasó después fue lo realmente digno de mencionar. El hecho de estar entre cientos de jugadores te empieza a contagiar de una ansiedad increíble, y así yo que no esperaba nada del sorteo me empecé a transformar en el más voraz consumidor de números y series (!!!). Para colmo a mi derecha había un señor de esos que saben el resultado de todos los sorteos desde el inicio de los tiempos, y entonces con cada nuevo número decía "ese 42 ya se ha venido cinco veces este año", o "el 75 fue el Mayor de hace once años", cosas por el estilo, algo así como el Gustavo Retana de la Lotería Nacional... Pero lo más rajado era una señora que veía por la pantalla gigante a los maes que sacaban cada bolita y decía cosas como "ahora sí, ya viene el Mayor", o "está muy risueño, de fijo vio que era el Gordo"... Cada intervención de la señora era para mí un paso más hacia el paro cardio-respiratorio... Yo que llevaba apenas cuatro pedacitos del 01 y cinco del 57 de veras sentía que cada nuevo número por anunciar era el Mayor, y no sólo eso, si no que yo iba a ser uno de los ganadores, al fin alguien de la familia que rompiá la mala suerte y se echaba a la bolsa un montón de millones... La señora como que percibía mi corazón a todo galope, porque decía "éste es, véale la cara", y yo que nada más quería decirle que parara por favor, que me estaba matando lentamente, pero la verdad la necesitaba... Nunca acertó, pero yo sólo tenía oídos para ella, hasta el punto que cuando efectivamente sacaron el premio Mayor tardé un par de segundos en reaccionar y empezar a sacudir violentamente a Mayra para decirle "viste, salió el hijueputa, ya tenía que venirse desde hace rato", y la golpeaba en el hombro, uy no qué tensión..!

Y bueno, hasta acá la crónica de esta singular experiencia... Por cierto que salió el 61, o sea que "pegué" terminación con el 01 y por lo tanto no me escapo del sino familiar, qué le vamos a hacer.

8 de diciembre de 2007

vorágine navideña

vorágine.

(Del lat. vorāgo, -ĭnis).

1. f. Remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar, de los ríos o de los lagos.

2. f. Pasión desenfrenada o mezcla de sentimientos muy intensos.

3. f. Aglomeración confusa de sucesos, de gentes o de cosas en movimiento.



Pues bueno, aunque desde setiembre empieza en CR la temporada "oficial" de la navidad, no es hasta la entrega de aguinaldos que se desata el frenesí en la población con tal de adquirir a toda costa los últimos cachivaches, licores y demás artículos disponibles por el incombustible comercio.

En mi caso, con la llegada (hace poco) de esa sensación denominada "adultez", la navidad no sólo ha dejado de ser la época mágica de los primeros años, sino que ahora todo el mes de diciembre es una suerte de fastidio crónico en que lo único que ronda mi cabeza es el deseo de huir a cualquier rincón del mundo ajeno al delirio de los "ho-ho-ho". Afortunadamente lo pude lograr hace dos años cuando hice el inolvidable viaje al Sur: nada de carreras ni molotes, nada de regalos ni cenas de compromiso, un gozo total... Hasta me acuerdo que hice en cada uno de los días "clave", ojas: 24 y 25 de diciembre todo el día para caminar por una Buenos Aires desierta, los tangos en San Telmo, la comida bárbara, Tigre, el asado... 31 de diciembre en la ruta con Marcelo y Paula, llegamos a Puerto San Julián apenas 30 minutos antes de las 12, un frío hijueputa y un hotelito pequeño donde brindamos con vino y a las 12:10 ya estábamos dormidos... 1ero de enero medio día en la ruta y luego Calafate, con las cervezas en la ribera del lago, la pizza en "La Lechuza" y las expectativas al tope por el glaciar del día siguiente... Y ya para rematar, el 6 de enero despedirme de Ushuaia al mediodía y regreso a Madryn alegremente agotado, con el sillón (y Aitana) esperándome... Qué más se puede pedir, estaba conciente de cada fecha simplemente porque no quería perder la reserva en algún bus o avión que me iba a llevar a otro lugar encantado...

Bueno, como siempre que empiezo a recordar Argentina me desvío un pichazo del tema, mejor vuelvo a la razón de este post. La cosa es que este año debo confesar que no fue tan molesto hacer las compras navideñas, incluso había algunos regalos que de veras tenía mucha ilusión de conseguir: hasta me regalé una par de cosillas (un dvd de Gieco que está en todas) que como diría El Burro constituyen un pedacito de la alegria material tan necesaria en estos tiempos. Otro factor de éxito es que pude comprarlo prácticamente todo en un sólo lugar, en ese territorio que cada vez se parece menos a la imagen tradicional de un poblado costarricense y que bien podría llamarse el Estado Libre Asociado de Santa Ana, que junto con su hermano mayor Escazú, pretenden anexarse a la auto proclamada República Independiente de Lindora, auténtico oasis de prosperidad (¿?) en medio del desierto plebeyo de Alajuelita, Pavas o Ciudad Colón.

Así las cosas poco después del mediodía ya había derrotado al monstruo navideño y no me quedaba otra que celebrar la victoria con un par de birritas y una buena pizza en La Fabricca (qué creyeron que SL se iba a quedar fuera de la propaganda comercial...). Justo las energías necesarias para enfrentar la última prueba del día: cruzar de Oeste a Este el Valle Central un sábado típico de diciembre, con decirles que para recorrer los poco más de 15 Km entre Multiplaza y Plaza del Sol tardé casi 2 horas (!!!)... Pero bueno, era un sacrificio que bien valía la pena con tal de salir airoso de esta vorágine navideña.

qué éxito!

Nuevamente el reconocimiento al talento nacional, esta vez desde adentro (y por lo tanto más difícil de conseguir).

Ojas, http://itropic.blogspot.com/2007/12/premio-dear-neighbor.html

En todas compa!

6 de diciembre de 2007

¿Cómo hacés?

Hoy de veras que experimenté la impotencia más terrible en mucho tiempo: es una cagada todo el tema de C y su BB, y he vivido momentos en que humildemente tengo que reconocer que no entiendo cómo putas hace C para soportar tanta cosa que le ha tocado en los últimos meses; la mayoría de las veces lo admiro, otras nada más no me cabe en la jupa tanta pena para un ser humano, especialmente para el BB...

Pero hoy mae, hoy realmente me dejaste con los puños cerrados y la mirada perdida... ¿Cómo hacés? ¿Cómo tenés la entereza moral para no aceptar la solución que te planteábamos? No costaba nada, ni tampoco era algo comparable en absoluto con otras varas, asquerosamente corruptas, que uno tiene que padecer en el brete y en otros lados... Aunque lo entiendo, no termino de aceptarlo.

Y entonces nada, todas estas horas y nada. Qué más podemos hacer ahora más que desear, como siempre, que toda esta pesadilla por fin termine y que BB salga adelante, que tengás fuerzas suficientes, que ya es demasiado lo que les ha tocado... Que todo acabe y que BB pase esta navidad y muchas más al lado de sus papás, jugando, riendo,... viviendo...

4 de diciembre de 2007

No me gusta la U

Anoche -por fin- terminé con todo lo de la U, bueno, al menos por este año porque aún me falta todo el próximo para salir de esta maestría de mierda a la que me obligaron a entrar... Y es que la verdad son muchos los factores por los que detesto la U, a continuación los principales:
  • La calidad de los cursos es especialmente mala. Si bien es cierto esto es una ventaja para alguien que no espera aprender nada trascendental, también es patético dedicar tantas horas a tal porquería.
  • Es carísima. En los 4 meses que dura el semestre (no me equivoqué, en efecto se trata de semestres de cuatro meses) el costo total de los cursos equivale al 20% de mis ingresos. Terrible! Una quinta parte del sudor de mi frente tengo que entregarlo sin contemplación a algo que detesto desde el fondo de mi alma.
  • Si bien no es para nada un nivel de verguiada como el bachillerato, igual hay que pegarse alguna que otra trasnochada para entregar algún proyecto, lo que inevitablemente provoca el desgaste físico y mental para cualquier otra actividad más interesante.
  • Me quita mucho tiempo para las cosas que realmente me gustan. Por ejemplo desde que regresé de Guate apenas pude salir a cletear 2 veces, porque aunque no tuviera nada que hacer un día, igual el cansancio era tal que con costos tiene uno ganas de levantarse y sentarse a ver tele.
  • Por último, y aunque sea una paradoja descomunal, LA U NO ME DEJA PENSAR... Cada vez que me viene la inspiración para algo tuanis, se despierta la conciencia académica que me dice "este fin de semana no se puede, hay que adelantar el proyecto xyz", cosas por el estilo
Por esas y muchas cosas más es que detesto la U... Para ser justo, rescato que por ahí uno conoce a algún compa pura vida (que lo diga "Galantín"), pero igual el fastidio siempre reina y no queda otra que aguantar...