20 de abril de 2008

Sueño cumplido

En estos tiempos de sequía creadora, algo que sí me da para hablar paja un rato es el tema de los recitales... Pues bien, hoy toca el turno a uno que siempre fue un sueño y que francamente nunca pensé se iba a materializar: nada menos que el ganadísimo León Gieco. Por ser masomenos de la misma época de inicios de la U, no recuerdo exactamente si fue Jose o el profe Barzuna quien me "presentó" al León; lo que es seguro es que desde entonces me considero un fan del bichillo Gieco y su excelente música.

Aún recuerdo cuando compré "Mensajes del Alma", el primer disco que tuve y el que más atesoro por lo sorprendente que fue conseguirlo. Iba para la casa de Jose a hacer un brete de la U, y antes pasé a una tienda de discos que quedaba por la U Latina a ver qué se veía. En esos tiempos conseguir esa música era algo casi imposible, pues resulta que entro a la tienda y por alguna razón que aún ahora no comprendo, el dueño se fija en mí y en lugar del acostumbrado "qué se le ofrece", o "buscabas algo en especial", etc., me dijo -nunca se me olvidará- señalando hacia un rincón de la tienda: "las ofertas están allá"... No me ofendí, tampoco es que me sintiera halagado por tener un pichel de limpio irremediable, pero le hice caso al tipo y me dirigí directo a la sección de bagatelas... Y bueno, ahí estaba nuevecito y radiante el discazo que menos de una hora después Jose y yo disfrutábamos como la obra magistral que es (en detrimento, claro, de la U).

El caso es que ver a Gieco en vivo siempre fue una especie de utopía hasta el pasado viernes 18 que el mae se presentó en el FIA, en un concierto poco menos que perfecto en La Sabana (una vez más, morite de envida Paula! Pero bueno, igual fue un auténtico gusto escucharte aunque fuera por unos poquísimos minutos, jiji)... Antes, es justo rendirle honor a los maes de Malpaís que estuvieron magníficos y que volvieron a demostrar que en Tiquicia no sólo se puede hacer buen arte, sino que también se puede enganchar a la gente con el mismo... Da una alegría verdadera ver cómo un grupo nacional convoca a tanta gente y la gente a su vez responde de puro corazón, coreando todas las canciones y emocionándose al máximo durante todo el chivo, a ratos hasta parecía que todos venían a ver a Malpaís y no a Gieco. Así que excelente por los ticos!!!. Por cierto que Manuel Obregón se llevó las palmas no sólo por sus cualidades musicales de primer nivel (piano, marimba, acordeón... ¿a qué no le hace este mae?), si no por su originalidad cuando se montó en una panga y acordeón en manos siguió interpretando desde el lago (es que para los que no sabían, la tarima de conciertos de La Sabana estaba sobre el agua, al mejor efecto Jesucristo). Desde acá una reverencia al M. Obregón y también un agradecimiento por su talento y entrega al arte nacional y ahora en particular al Festival de las Artes. Otro lindo homenaje se puede leer en Proa.

Ahora sí, mucha hablada y nada de Gieco... Para crónicas está La Nación, yo ciertamente prefiero compartir algunas de las cosas más memorables de esa noche: lo primero que me llamó la atención, precisamente porque no lo había visto antes en ningún recital, fue que la presentación de los músicos (virtuosísimos todos) que acompañaban a Gieco fue al inicio, cuando no habían interpretado ni siquiera tres canciones, tons eso estuvo diferente y por lo tanto muy tuanis... Y ya en materia musical, aunque estaba super emocionado, yo esperaba un chivo algo "suave" pero la verdad es que el show tuvo de todo, hasta sus buenos ratos de brincar y brincar, y gritar y gritar con algunas canciones más "pesaditas" del repertotio del León. Todo el chivo fue muy bueno, sin embargo a mi me gustó mucho "El fantasma de Canterville" a un ritmo algo más lento que la versión original, también estuvo llegadora "El país de la libertad" por el mensaje tan calidá que ransmite... Sorprendente con "Bandidos rurales" y "Ojo con los Orozco", aunque las hubiera compuesto yo mismo, ni en mil años de repetirlas todos los días podría cantarlas sin tener la letra escrita en algún lado, pues Gieco como si nada (ejercicio mental: repetir 5 veces los ocho nombres de los hermanos Orozco, en el mismo orden de la canción, sin cagarla una sola vez... Se vale leer del disco la primera vez, luego a pura memoria).

Otro toque rudo fue con "Malas condiciones", no la conocía pero aún así me movió el ser escuchar la crudeza de alguien que desde sus primeros años le tocó vivir la represión, los tanquues en las calles, el miedo... Algo que para mí (afortunadamente) es dificil de imaginar... Y bueno, como esa canción es mucho un diálogo del cantor hacia el público, esto me lleva a otra de las genialidades de Gieco que ya otras veces he mencionado me gusta de un recital: la comunicación con el público. Durante todo el chivo León no dejó de hablarnos, de explicar el por qué de las imágenes que se proyectaban en la pantalla, de agradecer la oportunidad de tocar en CR... Y claro, de opinar sobre muy diversos temas, y aunque en un par de asuntos yo francamente discrepo del mae, la verdad pocas veces uno se enfrenta a una figura pública que no tiene pelos en la lengua para expresar aquello en lo que creé y también para cagarse en más de una vara (ni el mismísimo Tatica Dios se escapó de la crítica), y claro, de no tener reservas para decir "hijos-de-puta", "cagarnos a trompadas" y otras joyas de nuestro idioma que suenan tan bien (valga la ocasión para decir la palabra que a mi criterio más rico suena en la lengua de Cervantes: MIERDA).

Y bueno, el chivo siguió lleno de momentos buenísimos y super variados, desde "Los Salieris de Charly" que canté (más bien grité) sin pifiar una sola estrofa, pasando por "Pensar en nada" (me acordaba de la versión en vivo con Los Piojos que viene en el DVD), y así con agradables sorpresas como "Cinco siglos igual" totalmente a capella, algo buenísimo ciertamente... Ya cerca del final, el mae prometió las últimas tres canciones pero por dicha fueron algunas más hasta cerrar con el clásico "Sólo le pido a dios" (yo quería que cerrara con "Mensajes del alma", pero diay...). Respecto a este último tema, tengo que decir que no es de mis favoritos del repertorio de Gieco, no porque sea mala o algo así, es simplemente que ya está tan "quemada" que francamente siento que su mensaje se ha desvirtuado después de tanto tiempo y más bien a mi me resulta un tanto tedioso escucharla... Pero bueno, lo que sí estuvo muy bien es que Gieco invitó a todo Malpaís para esta última pieza (ya antes había invitado a Fidel Gamboa para cantar "Canción para Carito") y el cierre con todos los maes fue algo espectacular.Por cierto que en una demostración de total ausencia de sobrebia, Gieco se dejó decir que Malpaís merecía estar en ese momento, por su calidad musical y porque por ser locales, a ellos les correspondía el cierre... Qué titán!!!

Ese fue el conciertazo de León Gieco, dos horas y media que a mi se me pasaron volando y -especialmente- la materialización de un sueño que llevaba ratillo haciendo fila... BUENA CALIDAD..!



11 de abril de 2008

Cavar un foso


Luego de buen rato de no andar por acá, hoy no podía hacerme el mae ya que este día mi blog está cumpliendo su primer añito de vida... Todo un acontecimiento.

Honestamente todo este despiche de la cercana salida del brete me ha tenido el yo-yo ocupado en muchas cosas menos en este espacio al que dije una vez que esperaba tener bastante fortalecido día a día... Y bueno, la verdad es que ando "corto" de inspiración para la escritura y por lo tanto las miles de cartas de los fans exigiendo nuevos posts se van a seguir acumulando en mi buzón mientras no salga de tanta maraña cerebral...

Pero al menos para abordar uno de los temas diz'que centrales de este espacio, voy a dedicar unas pocas líneas a comentar un cuento que hace un par de días tuve el gozo de leer: se llama "Cavar un foso" y es de A. Bioy Casares.

Hacía ratillo que un relato no me cautivaba de esa manera, eso de estar metidísimo en cada párrafo y estar super tenso esperando a ver qué putas va a pasarles a los protagonistas, si los van a descubrir, si se salen con la suya... En fin, ese toque genial. Pero aún más soberbio es el toquesazo del final-inicio-final que lo deja a uno con el cerebro efectivamente fuera de foco pero con esa satisfacción difícil de explicar que se produce cuando el creador logra (casi mágicamente) sorprenderlo a uno y forzarlo a meterse aún más en la obra para tratar de entenderla mejor o al menos para apreciar con más detalle elementos aparentemente insignificantes pero que al volver a pasar sobre ellos adquieren un sentido enorme.

Pos bueno, nada más eso... Al menos en medio de tanto trajín por dicha sigo encontrando placer en ciertas cosillas que lo sacan a uno por momentos de tanto y tanto alboroto.

Y como no: FELIZ CUMPLE a S.L...!