8 de diciembre de 2007

vorágine navideña

vorágine.

(Del lat. vorāgo, -ĭnis).

1. f. Remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar, de los ríos o de los lagos.

2. f. Pasión desenfrenada o mezcla de sentimientos muy intensos.

3. f. Aglomeración confusa de sucesos, de gentes o de cosas en movimiento.



Pues bueno, aunque desde setiembre empieza en CR la temporada "oficial" de la navidad, no es hasta la entrega de aguinaldos que se desata el frenesí en la población con tal de adquirir a toda costa los últimos cachivaches, licores y demás artículos disponibles por el incombustible comercio.

En mi caso, con la llegada (hace poco) de esa sensación denominada "adultez", la navidad no sólo ha dejado de ser la época mágica de los primeros años, sino que ahora todo el mes de diciembre es una suerte de fastidio crónico en que lo único que ronda mi cabeza es el deseo de huir a cualquier rincón del mundo ajeno al delirio de los "ho-ho-ho". Afortunadamente lo pude lograr hace dos años cuando hice el inolvidable viaje al Sur: nada de carreras ni molotes, nada de regalos ni cenas de compromiso, un gozo total... Hasta me acuerdo que hice en cada uno de los días "clave", ojas: 24 y 25 de diciembre todo el día para caminar por una Buenos Aires desierta, los tangos en San Telmo, la comida bárbara, Tigre, el asado... 31 de diciembre en la ruta con Marcelo y Paula, llegamos a Puerto San Julián apenas 30 minutos antes de las 12, un frío hijueputa y un hotelito pequeño donde brindamos con vino y a las 12:10 ya estábamos dormidos... 1ero de enero medio día en la ruta y luego Calafate, con las cervezas en la ribera del lago, la pizza en "La Lechuza" y las expectativas al tope por el glaciar del día siguiente... Y ya para rematar, el 6 de enero despedirme de Ushuaia al mediodía y regreso a Madryn alegremente agotado, con el sillón (y Aitana) esperándome... Qué más se puede pedir, estaba conciente de cada fecha simplemente porque no quería perder la reserva en algún bus o avión que me iba a llevar a otro lugar encantado...

Bueno, como siempre que empiezo a recordar Argentina me desvío un pichazo del tema, mejor vuelvo a la razón de este post. La cosa es que este año debo confesar que no fue tan molesto hacer las compras navideñas, incluso había algunos regalos que de veras tenía mucha ilusión de conseguir: hasta me regalé una par de cosillas (un dvd de Gieco que está en todas) que como diría El Burro constituyen un pedacito de la alegria material tan necesaria en estos tiempos. Otro factor de éxito es que pude comprarlo prácticamente todo en un sólo lugar, en ese territorio que cada vez se parece menos a la imagen tradicional de un poblado costarricense y que bien podría llamarse el Estado Libre Asociado de Santa Ana, que junto con su hermano mayor Escazú, pretenden anexarse a la auto proclamada República Independiente de Lindora, auténtico oasis de prosperidad (¿?) en medio del desierto plebeyo de Alajuelita, Pavas o Ciudad Colón.

Así las cosas poco después del mediodía ya había derrotado al monstruo navideño y no me quedaba otra que celebrar la victoria con un par de birritas y una buena pizza en La Fabricca (qué creyeron que SL se iba a quedar fuera de la propaganda comercial...). Justo las energías necesarias para enfrentar la última prueba del día: cruzar de Oeste a Este el Valle Central un sábado típico de diciembre, con decirles que para recorrer los poco más de 15 Km entre Multiplaza y Plaza del Sol tardé casi 2 horas (!!!)... Pero bueno, era un sacrificio que bien valía la pena con tal de salir airoso de esta vorágine navideña.

2 comentarios:

Niebla dijo...

La tierra del fuego ha de haber sido maravillosa, siempre te brillan los ojos al recordarla, incluso cuando ni se te ven los ojos.

Parece que sos de Guanacaste, porque el càlculo de la distancia entre Multiplaza y Plaza del Sol solo cuadrarìa si lo mides en línea recta con el Google Earth... jajajaja

Y por los habitantes de Ciudad Colón, ¿cómo que un desierto? ni siequiera comercial, sobra decir que tenemos una Musmanni, dos bancos (Nacional y Costa Rica), Grupo Mutual, Mutual Cartago, AyA y como si fuera poco el Bazar y Tienda Ziggi, donde se encuentra lo que uno quiera. Y para las locuras electrònicas, agárrese fuerte de la silla, tenemos un Gollo y además una versión local que se llama Almacén Jarvis, donde además, si sos un coterruño de cepa, te amplían el plazo del crédito y te llevan "los chunches" hasta la casa. Y para demostrar finalmente el modernismo del pueblo, TODAS nuestras pulperías son ahora de los chinos, así que estamos insertos de "jupa" en el mundo globalizado.

Saludos SANTO y que bien por tus compras navideñas. No dejes de aprovechar la energía que esta temporada trae, verás que cuando la asimiles, hasta la vorágine te parecerá un ordenado fluir de ir y venir de gentes, como si fuera el mar allá en el estrecho de Magallanes.

Luisma dijo...

Mae, mae, mae... Luego de varios minutos de pura carcajada ahora sí te puedo replicar tu genial comentario...

Pues bueno, lo de desierto era simplemente para que no desentonara con el concepto de oasis que había mencionado antes, nunca para quitarle méritos a tu terruño, de hecho veo que la modernidad se respira en el pueblo... Mejor ni te cuento de Carteles, llevamos como 15 años con la ciega esperanza de que la modernidad nos llegue en forma de un KFC (aún se llamaba "kentoki" cuando empezaron los primeros rumores) que no termina de aparecer: con cada nuevo edificio, cada nuevo local comercial se puede escuchar a alguien que diga "...a mi me dijeron que van a poner un KFC"... Un día de estos en una vueltita por el centro pude contar 4 nuevos proyectos comerciales, 4 renovadas esperanzas en la ciudad de las brumas... Vamos a ver qué pasa, para no quedarme atrás yo aposté por uno, no lo digo pa' no echarle la sal, jeje...

Bueno compa, gracias por tu participación..!