20 de agosto de 2007

Más de 1000

Este fin de semana y sin estar muy consciente de ello, superé los MIL kilómetros con mi bici..!!! Todo un logro tomando en cuenta que desde hace rato no puedo dedicarle al deporte todo el tiempo que quisiera.

En estos 8 meses de tener la bici ya-no-tan-nueva, el mayor hito ha sido sin duda el finde pasado que me pegué el ride a Jacó: qué pedaleada hijueputa, primera vez que cleteo tantos kilómetros (114). Por dicha todo estuvo controlado y no me despiché ni tampoco terminé hecho una mierda a causa del cansancio y del calor tropicales.

La jornada de hoy estaba para ser muy tranquila, pero se convirtió en una ruta super buena. Me fui solo porque Sebas tenía que estudiar, pero igual estuvo super calidá poder aprovechar este lunes feriado haciendo deporte y -sobre todo- pasando buen rato al aire libre. Esto es sin lugar a dudas lo que más disfruto del ciclismo de montaña: tener la bendición de conocer lugares que de otra manera ni siquiera sabría de su existencia, senderos (des)hechos para bueyes, riachuelos, fincas... Hoy por ejemplo, cuando ascendía el "camino" entre Tierra Blanca y Llano Grande, mi única competencia fueron 3 "chapulines"..! Todos me rayaron en algún momento, aunque a uno de ellos le llegué a sacar una ventaja como de 300 metros (me imagino que el mae iba despacio porque llevaba en la carreta a dos terneros con cara de pocos amigos). Pero bueno, qué más se le puede pedir a la vida cuando uno puede darse estos lujos.

Otra cosa que realmente disfruto es que aún cuando llevo casi dos años practicando el MTB, el lugar donde vivo todavía me ofrece un montón de lugares por descubrir. Hoy mismo decidí tomar una desviación de la ruta conocida y bajé por un camino desconocido (quizá el sustantivo adecuado sea "trocha") super técnico y algo peligroso que me llevó hasta donde mi abuelo llama "la casa de las Pánfilas", nombre dado en honor a un tal Pánfilo (con ese nombre, el apellido poco importa) que al parecer fue un terrateniente allá por los años en que él era jóven; camino donde hace muchos años, según recuerda el viejo, se volcó una carreta de leña que él y su hermano Mario llevaban para alimentar la cocina de la casa.

En fin, el punto es que en la bici tengo la tranquilidad (ya sabés cómo es la vara Joselo) y la libertad de tomar el camino que quiera, sin preocuparme por nada o por nadie, ni siquera por caerme güeiso en algún lado, al fin de cuentas será otra historia (y otra cicatriz) que contar en una reunión y/o mesa de tragos.

Así las cosas, me voy a descansar un rato y pienso en la canción del maestro Blades que dice:
Me iba a la cama con la fé del que ganó,
me despertaba con la paz del que aprendió.

PD. Pa' los que llevan las estadísticas, el odómetro va por 1,038.1 Km

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